En el corazón de la cultura indígena paraguaya, Norma Ávila ha dedicado más de dos décadas a tejer puentes de entendimiento y aprecio por las tradiciones originarias, particularmente a través de la yerba mate, una planta que no solo se infunde en agua caliente sino también en la historia profunda de los pueblos originarios.
Su trabajo ha resaltado la interconexión entre la naturaleza y la cultura, enfatizando el valor de los saberes ancestrales en el mundo moderno.
Este enfoque ha llevado a importantes iniciativas de sostenibilidad y preservación cultural, transformando la forma en que la sociedad paraguaya y global percibe y valora estas tradiciones.
Norma comenzó su viaje de exploración cultural hace 20 años, impulsada por una fascinación creciente hacia las comunidades indígenas y sus prácticas culturales. Su colaboración con estos pueblos ha trascendido el simple intercambio académico o material; se ha convertido en un vínculo profundo, casi familiar, fundamentado en la confianza y el respeto mutuo.
Este lazo se ha fortalecido a través de visitas regulares tanto a las comunidades indígenas como a la ciudad de Asunción, donde la reciprocidad es una práctica común y esencial, simbolizada por el intercambio de bienes y saberes, una tradición conocida en guaraní como «yo voy».
Un encuentro particularmente revelador para Norma fue el descubrimiento de un árbol de yerba mate durante una de sus visitas al monte. A pesar de su familiaridad con la yerba mate como producto, nunca había visto su origen botánico.
La profundidad de su significado cultural y el doloroso pasado asociado con su cosecha, donde los indígenas eran explotados para su producción, se le revelaron gradualmente a través de conversaciones con los ancianos de la comunidad. Esta comprensión reforzó su compromiso de cambiar la narrativa en torno a este producto culturalmente significativo.
En respuesta a estos aprendizajes, Norma inició una pequeña empresa dedicada a la promoción y venta de yerba mate originaria, con un enfoque en prácticas sostenibles que respetan tanto el medio ambiente como el legado cultural de los pueblos indígenas. Este proyecto ganó notoriedad y eventualmente atrajo la atención de Slow Food, una ONG internacional dedicada a preservar las prácticas alimentarias locales y sostenibles.
La colaboración con Slow Food llevó a la inclusión de la yerba mate de Norma en el «Arca del Gusto del Planeta», un reconocimiento que destaca productos que son sostenibles, éticos y culturalmente importantes.
Este logro no solo subraya la importancia de la yerba mate en la cultura paraguaya, sino que también establece un precedente para cómo los saberes ancestrales pueden contribuir y enriquecer nuestras prácticas contemporáneas de sostenibilidad.
El trabajo de Norma Ávila muestra claramente que la cultura y la naturaleza son indisociablemente una, proporcionando una lección vital en una era de rápidos cambios ambientales y culturales.
Con su pasión por la cultura indígena y la yerba mate, Norma Ávila no solo ha ayudado a preservar un elemento clave del patrimonio paraguayo, sino que también ha inspirado a muchas otras comunidades y organizaciones a valorar y proteger sus propios legados culturales.
Esta historia de intercambio cultural, respeto mutuo y sostenibilidad ambiental es un modelo inspirador para todos aquellos que buscan armonizar la conservación del patrimonio con las exigencias del mundo moderno.